¿Por qué nos emocionamos? ¿Cuál es el propósito de cada emoción? ¿Es realmente posible aprender a autorregular nuestros estados de ánimo? ¿Cómo debemos hacer frente a las rabietas y crisis de nuestros hijos, causadas por las emociones mal llamadas «negativas»? ¿Cómo debemos manejar nuestras propias emociones cuando nos hacen sentir tan mal? En este artículo de 3 partes sobre mindfulness e inteligencia emocional, exploraremos todas estas preguntas, y mucho más.
Parte 1: Cinco cosas que debes saber acerca de las emociones
Parte 2: Cómo ayudar a nuestros seres queridos a atravesar una tormenta emocional
Parte 3: Recursos y técnicas prácticas para hacer frente a las emociones que nos hacen sentir mal en el hogar, en el trabajo y en el aula.
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Primera parte :
Cinco cosas que debes saber acerca de las emociones
La mayoría de nosotros hemos sido condicionados para amar y valorar aquellas emociones que nos hacen sentir bien, y tendemos a evitar las que nos resultan desagradables. Huimos de ellas, las escondemos dentro de nosotros mismos, las proyectamos en otras personas, e incluso nos sentimos avergonzados o culpables cuando estas emociones salen a flote. ¿Por qué hacemos esto? No podemos sentir emociones agradables todo el tiempo, así que vamos a darnos un respiro. Somos seres humanos, seres sintientes, y eso significa que experimentaremos toda la gama de emociones en un momento u otro a lo largo de nuestra vida. (Os dejo una imagen donde se muestra la rueda de las emociones de Robert Plutchik, de la cual hablaré en una próxima entrada).
Y como prometí, aquí están las 5 cosas que debes saber acerca de las emociones:
1. Todas nuestras emociones son válidas e importantes -¡en especial las que nos hacen sentir mal! Nadie debería sentirse culpable o avergonzado por la forma en que se siente. Recuerda que nuestros sentimientos y nuestros comportamientos son dos cosas diferentes. Se pueden corregir los comportamientos sin avergonzarnos de los sentimientos que hay detrás de ellos.
2. Las emociones están en el corazón de nuestro sistema de orientación interna . Los sentimientos crean miles de pensamientos, y estos pensamientos generan entonces más sentimientos y emociones. Es un círculo vicioso. Sentimos en nuestro cuerpo todas las emociones: las agradables, como la alegría, nos harán sentir bien, relajados, abiertos, llenos de energía y de inspiración, mientras que las desagradables nos harán sentir tensos, aletargados, lentos y sin energía. Por lo tanto, prestando atención a la forma en cómo sentimos nuestro cuerpo, sabremos si nos encontramos en un estado emocional que nos potencia o, por el contrario, que nos debilita. ¿Cómo te sientes en este momento?
3. Los estados emocionales que experimentamos no son en absoluto aleatorios. Las emociones se han clasificado en una escala, de los estados más bajos a los más altos. Es muy difícil pasar rápidamente de los niveles más bajos (como la depresión) a los niveles más altos (como el optimismo o la alegría), o al revés. Nuestros estados emocionales fluctúan durante el día, moviéndose gradualmente hacia arriba o hacia abajo de dicha escala. ¡Y he aquí la buena noticia! Podemos cambiar la forma en que nos sentimos a través de nuestros pensamientos, nuestras acciones y nuestra atención. Para ello, sólo tenemos que encontrar un pensamiento que nos haga sentir mejor, o realizar una acción que nos provoque alegría. Puedes hacer la prueba ahora: piensa en algo que te haga sonreir; inhala sintiendo esa sensación en tu cuerpo. ¡Acabas de moverte un peldaño hacia arriba en la escala de las emociones! Es muy sencillo. Si aprendemos a prestar atención a cómo se siente nuestro cuerpo en un momento dado, y hacemos todo lo posible para mantenernos en el rango más alto de las emociones en la escala, vamos a tener más posibilidades de no caer repentinamente en una «emboscada emocional». Sin embargo, cuando emociones como el miedo, o el enfado, aparezcan (que aparecerán) las reconoceremos y aceptaremos, ya que nos traerán una información valiosa que no deberemos ignorar.
4. Las emociones no son conclusiones finales, razonadas, que tengas que llevar a la acción. Puedes permitirte, por tanto, sentirlas sin miedo a que haya consecuencias funestas. Que te sientas inútil en una determinada situación, por ejemplo, no quiere decir que lo seas. Ni tampoco que el siguiente paso que des sea rendirte. Como hemos visto anteriormente, nuestro estado emocional no es algo que vaya a durar eternamente. Al contrario, sentir es parte de un proceso a través del cual recibimos información sobre nuestros valores y juicios en relación con el efecto que las cosas tienen en nuestro bienestar. Nuestro enfado, por ejemplo, nos informa de que nos sentimos ofendidos, sin que ello quiera decir que, realmente, la otra persona sea un ofensor.
5. Todos experimentamos emociones difíciles, tarde o temprano, pero no tenemos que quedarnos estancados en ellas. Solemos creer que las emociones son el problema. Que el miedo, el enojo, la culpa, etc., son los problemas que nos acosan. Y no es así. Se convierten en problemas cuando no sabemos cómo aprovechar la información que aportan, cuando nos «enredamos» en ellas y nuestra ignorancia emocional las convierte en un problema más. Entonces sí, cada uno de estos estados agrega más sufrimiento inútil a la experiencia que vivimos. Pero, y lo repito una vez más, no es la emoción en sí lo que nos perturba sino el no haber aprendido aún cómo leer y aprovechar la información que transmite. Una vez recogida dicha información, y realizados los cambios apropiados, podremos movernos hacia arriba en la escala de emociones.
Mantente atento a las partes 2 y 3. En la parte 2, vamos a ver lo que puedes hacer para ayudar a un ser querido a navegar a través de una tormenta emocional. Y en la parte 3 trataremos herramientas y técnicas para ayudarte a lidiar con las emociones difíciles en el hogar, en el trabajo o en la clase.
Mientras tanto, si deseas aprender y experimentar por tí mismo, te invito a que dediques unos minutos a descubrir lo que la práctica de Mindfulness y la Inteligencia Emocional puede proporcionar a tu vida. Estaré encantado de acompañarte en este camino.
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Muchas gracias por compartir!!! Muy claro y muy valiosa información!
La voy a compartir en mis redes y los mencionaré en los posteos
GRACIAS!
Muchas gracias.
Precisamente al utilizar la información que nos brindan las emociones estaremos cambiando nuestro destino porque sabremos leer en nosotros mismos el origen de la emoción «negativa», que muchas veces denota un ego demasiado grande o desequilibrado.