El otoño marca el final de la temporada de crecimiento; después de haber proporcionado la cosecha, la naturaleza ahora hace que todo quede desnudo. En esta estación la naturaleza se despoja de su abundancia pasada en una gran presentación final.
Al igual que en la naturaleza, el paso de las estaciones influye en el funcionamiento de nuestros cuerpos de una manera determinada, enfocándose en órganos concretos, formas de actuar y pensar, y en nuestro estado emocional. En la medicina tradicional china la estación del otoño corresponde al elemento metal, a los órganos de los pulmones e intestino grueso.
En la naturaleza el otoño es la época del dejar ir, de liberar la energía dirigida hacia el exterior; las hojas cambian de color, caen y vuelven de nuevo a la tierra, enriqueciéndola, para promover la llegada de nuevas hojas y un nuevo crecimiento.
El intestino grueso tiene la función de eliminar lo que es innecesario o tóxico de nuestros cuerpos físicos. A nivel mental y emocional podemos considerar la función de este órgano como de ayuda para liberar programas y patrones mentales que ya no nos benefician, eliminando basura mental, lo que permite que nuestras mentes se vuelvan menos nocivas y desordenadas. Los pulmones son los «Comandantes del Qi ‘, el primer lugar por el cual la energía entra en nuestro cuerpo. El aire en otoño se carga de frescura, dándonos la oportunidad de llenar nuestros pulmones con aire fresco y limpio. Un tiempo para disfrutar de lo puro y nuevo y para sentirnos inspirarados por las posibilidades que traerá el futuro. Los pulmones y el intestino grueso trabajan como un equipo: uno llenando el cuerpo con lo puro, lo nuevo, lo fresco, y el otro eliminando de él los residuos.
Al igual que la naturaleza entra en un período de descanso, asímismo nosotros podemos liberarnos de obligaciones superfluas y darnos un respiro, intentando no sobrecargarnos. El tiempo para » «ponerlo todo ahí fuera»- el verano – ha pasado. Ahora es el momento de mirar hacia el interior, reflexionar y liberar lo que ya no es necesario. Es un buen momento para reorganizar, limpiar y donar aquello que ya no necesitamos, y salir a la calle, a disfrutar en la frescura del aire otoñal.
A medida que el calor del verano pasa y abrazamos un clima más fresco, también podemos apoyar nuestra transición fisiológica y emocional con el consumo de los alimentos de la temporada. Otoño se asocia con la sequedad por lo que es importante asegurarnos de que estamos bebiendo suficiente agua. Nos alejamos de los alimentos que enfrían del verano para nutrir nuestro cuerpo y nuestro sistema inmunológico con otros ricos en calor y humedad como el ajo, el jengibre, puerro, alcaparras, champiñones, calabaza, batatas, nueces y semillas, manzanas, peras y miel. Mis tres mejores consejos para abrazar las lecciones de la naturaleza y vivir alineado con los ciclos de las estaciones en este otoño son los siguientes:
1. Sal a la calle, ve a caminar, respira el aire fresco.
2. Combate la sequedad bebiendo suficiente agua y come alimentos de la temporada.
3. Mira hacia tu interior, reflexiona y libera los patrones negativos. Intenta dejar ir un hábito que ya no te sirve.
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